La AJB rinde homenaje a quienes lucharon en las condiciones más adversas en defensa de nuestro país.
Buscando una causa justa que legitimara al gobierno de facto, que sufría un período de gran descrédito por la trascendencia internacional que habían tomado las denuncias de graves violaciones a los derechos humanos en nuestro país, como así también por la crisis económica reflejada en la multitudinaria movilización del 30 de marzo bajo la consigna “Paz, pan y trabajo”, el General Galtieri tomó la decisión de enviar tropas a las Islas Malvinas, enfrentándose a una de las grandes potencias militares a nivel mundial.
El 2 de Abril de 1982 las tropas argentinas desembarcaron en las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, recuperando para nuestro país la posesión de territorios nacionales usurpados por el Reino Unido de Gran Bretaña desde el año 1833.
La Junta Militar se lanzó a esta aventura con Fuerzas Armadas mal equipadas y preparadas exclusivamente para la represión interna y no para afrontar un conflicto bélico internacional, sellando así la suerte de cientos de jóvenes inexpertos que combatieron en las Islas con escaso –o ningún- entrenamiento y soportando la escasez de alimentos, abrigo y armamentos.
“Las graves violaciones a los derechos humanos, como el derecho a la vida, a la libertad personal y a la seguridad e integridad personal por el empleo sistemático de torturas y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes, cometidas por personas pertenecientes o vinculadas a organismos de seguridad del Gobierno en el período comprendido entre 1975 y 1979” informadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que visitó nuestro país en 1979, se vieron reflejadas también en el campo de batalla.
El procesamiento de los militares Mariel Borruto, Miguel Gardé, Belisario Affranchino, Eduardo Gassino y Gustavo Calderini dispuesto por el Juzgado Federal de Río Grande por someter a los soldados del Regimiento de Infantería Nº 5 del Ejército Argentino a estaqueos y enterramientos bajo temperaturas extremas y suelo congelado durante varias horas, amenazas con arma de fuego, sumersión de la cabeza en agua helada -entre otras- por presunta indisciplina, en una causa que contiene 120 denuncias y 95 imputados; como así también la denuncia realizada públicamente por las seis voluntarias que integraban la tripulación del “Rompehielos Almirante Irizar” y las trece enfermeras de la Fuerza Aérea que prestaban servicio en el Hospital Reubicable de Comodoro Rivadavia, por abuso sexual y psicológico por parte de sus superiores, confirman la aplicación sistemática de prácticas violentas y aberrantes por parte del Estado durante el conflicto bélico.
Aquellas y aquellos jóvenes no sólo soportaron condiciones inhumanas y la tortura en el campo de batalla o en el teatro de operaciones. Además debieron soportar el destrato y el olvido en los que lo sumió el Estado al regreso al continente, agravando así los traumas propios de la guerra.
Desde la AJB expresamos nuestro reconocimiento y respeto a los héroes y las heroínas de Malvinas, que arriesgaron y entregaron la vida para defender a su país y exigimos que se profundice la política de reparación acelerando el proceso de identificación de aquellos que están sepultados en las islas, juzgando y condenando a los responsables de aquel horror y asegurando la dignidad de las condiciones de vida de las y los sobrevivientes que tenemos el honor de tener junto a nosotros y nosotras.